viernes, 30 de abril de 2010

PATROCINIO CONTESTA A ARMANDO

                
RESPUESTA DE PATROCINIO A LA CARTA DE ARMANDO


Cuando Patrocinio miró el remite de la carta que le había entregado el cartero, el pulso se aceleró de tal forma, que hubo de sentarse en una silla cercana a la ventana, abanicándose inconscientemente con la carta, aun estando en pleno invierno.

La dejó sobre la mesa y aturdida se dirigió a la puerta de la calle, salió la cerró y volvió a abrirla y al entrar, frente a ella se hallaba el gran espejo paragüero, perchero, macetero y no se cuantas cosas más, regalo de bodas de sus padres, no reparaba en su presencia, eran muchos años sin moverse de su espacio vital, pasaba de largo cuando iba a la calle sin apenas prestar atención a su atuendo.

Al cerrar la puerta, observó la imagen que se reflejaba en el viejo multiusos. Observó que no era demasiado vieja, que podía sacar partido si se cuidaba un poco, mientras, su corazón brincaba con menos parsimonia que de costumbre.. El pelo moreno de larga y sedosa melena y unos ojos grandes y melosos “ ojos de prado gallego” como solía llamarle. Volvió a coger la carta y de ella salió, como del cuerno de la fortuna, un montón de dudas y preguntas que nunca se había formulado. A medida que avanza en la lectura de la carta observa que aun se mantiene ligada al recuerdo del marido “amado”, al que continua siéndole fiel después de muerto, se había resignado a su nuevo estado de viudedad,

Patrocinio sentada cerca de la ventana con la carta abierta en la mano, llena de recuerdos, sigue cuestionando su situación. Si yo contraigo de nuevo matrimonio, pasado un tiempo prudencial - como es lógico – no es un signo de concupiscencia, ni ofendo con ello la memoria de mi marido, si acepto, no hago nada distinto a lo que el hubiera hecho
El murió, yo le di todo aquello que estaba en mi mano, amor, respeto, obediencia, la contabilidad del gasto diario, pienso que no pudo tener queja del cumplimiento de mi deber como esposa ni en nuestras relaciones .incluso en las íntimas, jamás hubo un no, todo esto me hace pensar que la vida es corta y hay que vivirla dentro de una ética y no se le puede exigir a una viuda que sea espectadora, que le " guarde el luto a su difunto " no quiero estar en segundo plano, quiero ser protagonista, a pesar de que tengo miedo por mis hijos que no lo acepten, así como de la familia de el, el juicio envidioso de algunas personas allegadas o conocidas , el pretendiente despechado….si, tengo miedo y espero mucho de ti
.Patrocinio pensaba en sus nietos, darían brincos de alegría, reirían y cantarían: ¡se casa la abuela, se casa la abuela! y luego ellos irían pregonando “ mi abuela se ha casado. “ con el viudo D Armando el de la Calle Alta. Con ellos no hay problema

Armando es un gran señor y además guapo.”¡Dios mío que cosas pienso!, parezco una chica de preuniversitario.” Pero lo que realmente me atrae de el, es su educación, exento de amaneramiento y todo lo dice de manera natural”, y los ojos, cuando miran parece que acarician, sus manos son aterciopeladas, su voz como si cantara un ángel. ¡Calla loca, calla! ya pasaste una vez por ese trance y puedes contar muchas cosas.  En estos casos se olvida los malos ratos... ¡calla, no te escucho!Me gusta todo el, rememoro mi primer amor a los 50 y pico. soy muy feliz.

RESPUESTA DE PATROCINIO A LA CARTA DE ARMANDO
Querido Armando: recibí tu carta con la natural sorpresa. La he leído y releído con toda mi atención. Gracias por lo que en ella dices y como lo dices. M e has abierto los ojos a una verdad insoslayable, no se puede vivir en perpetua soledad.

“He pensado mucho – como tu me lo pedías – los pros y los contras de mi respuesta. Me he interrogado a mi misma e incluso a aquellos que forman la gente – masa que siempre chismorrea y critica todo - podrían pensar mal de mi decisión, de nuestra decisión.

He llegado a la conclusión que ni los hijos, familia, vecinos …nos importan nada, solo
en este mundo nos importamos nosotros, tu y yo.

Tu me pides que me case contigo y yo por mi parte, acepto encantada. Casándonos de un tiro matamos dos pájaros: tu soledad y la mía

Si hemos de convivir hay que compartir. El servicio está muy mal, los dos somos jóvenes podemos compartir tareas de la casa..

Sueño con tu regreso, cuanto antes vengas antes nos ponemos de acuerdo sobre la convivencia, nuestra futura vida y enseñarte donde están los vasos, el agua, las zapatillas, las servilletas, en fin que si no te importa viviremos en mi casa  que es más pequeña y cómoda.

Saludos cordiales Patrocinio

6 comentarios:

  1. Pues mira, sospechaba que Patrocinio iba a decir que no, pero me equivocaba, según parece, y me alegro... ¿¿¿O estoy hablando demasiado pronto???

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  2. Buenas noches amiga mía, no te has colado, has dado tu opinión, eso si, piensa que es una correspondencia entre dos seres educados en otra época, mediados del siglo pasado, cuando la mujer va teniendo la mente más espabilada.

    Un abrazo Guillermina

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  3. Francamente, yo también pensaba que Patrocinio diria que no, pero en fin, veo que hay mucha gente a la que la soledad le asusta tanto que se tiran de cabeza al matrimonio sin pensarlo dos veces.
    Espero que sean felices.
    Buen día Guillermina.

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  4. Leo hay gustos como colores y hay personas que les gusta repetir situaciones anteriores de fracaso o de exito, aqui repite y según he leido al final de la carta le pone unos cuantos puntos sobre las ies.
    Un abrazo Guille.

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  5. Intentarlo! A mí me parece estupendo. La vida en soledad no deseada es dura. Y creo que en compañia la vida se vive de verdad
    Un abrazo muy fuerte, NINA

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  6. La soledad buscada es una panacea para el espíritu, la soledad impuesta o no deseada no solamante es"soledad", es un martirio.
    Pero las cartas, más que el problema de la soledad es la carta suavona de el, puede ser verdad que sienta lo que escrbe, pero en aquella época imperaba el machismo y el parece un corderito, ella acepta su proposición pero consciente de lo que hace, nada de traeme las zapatillas...besos NINAa

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