EL SEÑOR DE CASTRIL, O ESPERÁNDOLA DEL CIELO.
y como fondo tiene el tajo de la Alambra cuya silueta se alza sobre el.
El aspecto exterior y aislamiento que tenía el palacio, con solo mirarlo, manifestaba el carácter que disfrutaba el señor feudal que lo habitaba, así como la elevada alcurnia de sus moradores.
Un pajecillo, muy joven aún, era el confidente o depositario de los amores que Doña Elvira y D Alfonso. Una noche en que descuidada la doncella, jugaba en su habitación
con los sedosos bucles del rubio cabello de su inocente pajecillo, y en que recordando su dicha, leía una carta en la que su enamorado galán le ofrecía salir pronto de Granada, y casados por el capellán marchar a Málaga, donde pudiesen sustraerse de las iras de su padre, este, que por un extraño presentimiento no había salido de casa, quiso ver a su hija y sin avisarla se presentó en la habitación y la sorprendió en actitud descuidada cera de su predilecto pajecillo.
Las nubes de la infamia le cegaron. Se creyó deshonrado por el más ruin de los vasallos, salió de la estancia vino con el verdugo y cogiendo al paje, lo mandó ahorcar. El joven Luís pedía clemencia pero D Hernando nada oyó ante la ofuscación del momento, Solo respondió estas fatídicas palabras: “Pide cuanta justicia quieras; ahí ahorcado, puedes estar esperando la del cielo, todo el templo que te plazca”. Mandó tapiar el balcón como aun hoy se advierte.
Elvira pudo ser feliz y a este palacio se le llamó la Casa del letrero, por el carácter del Señor de Castril, y las tremendas justicias de los magnates de aquella época
Que sea cierta o no la leyenda de la casa existe, en el lugar que se especifica y el palacio está ubicado frente a la Iglesia de San Pedro(y sea dicho de paso fui confirmada en esa iglesia, la de S Pedro) y el balcón tapiado ¿coincidencias?, ¿realidad?...
Basada en la obra del Padre Villareal
Una pequña leyenda y unas cuantas casas y estrecha y empinadas calles, solo he puesto una pequeñísima muestra, las mejoes porque la maquina se me calló y le puse un remiendo.Ya no queda oro, ni gato en todo el recorrido solo uno, tendremos que llamarle el rio de las palomas.