miércoles, 16 de septiembre de 2009






JOVEN POETA LÍRICO DE LA LITERATURA LATINA





Existen dudas sobre el lugar de nacimiento del poeta Catulo. Sus biógrafos no se ponen de acuerdo, unos afirman que fue en la pequeña península de Sirmiones, donde los padres poseían una quinta, otros opinan, parece ser la más acertada, que nace en Verona, así lo afirman Plinio, Ovidio y Marcial, que dice:

"Tantum magna suo debet Verona Catullo
Quantum parva suo Mantua Virgilio"
(Marcial, Epigramas, XIV, 195)

Su nacimiento ocurre en un momento histórico embarazoso. La Republica agoniza en medio de crueldades y corrupción y los hombres que se dedican a la política son a su vez poetas y escritores: César, Salustio, Cicerón…

Catulo, siendo muy joven, se traslada a Roma para completar su educación, involucrándose en el ambiente de corrupción existente en la ciudad. La vida de disipación a la que se había entregado lo lleva a la ruina material, y la desordenada pasión hacia una mujer de gran belleza y entregada al vicio, 10 años mayor que el, a la que llama Lesbia en honor a Safo,( poetisa griega por la que siente gran admiración), lo aniquila moralmente arrastrándolo a una muerte prematura.

Lesbia era una mujer lasciva, infiel a su marido y con una gran corte de amantes. La sociedad en la que vivía, las costumbres morales estaban sometidas a un fuerte relajamiento. Catulo sin este aliciente, jamás se habría enamorado de ella, ni tampoco hubiera escrito tan hermosos poemas. No se puede concebir a Lesbia de otra manera, era necesario que fuera así, para que Catulo llevara el amor hasta los límites de una pasión que rozaría con el odio.

Toda su vida está marcada por la exaltación; va desde la más intensa felicidad al más negro de los vacíos, sin tener en cuenta que a veces le llevaba a expresiones eróticas y obscenas cuyo atrevimiento traspasa los límites de lo increíble, con rapidez pasaba del odio por la amada, a la declaración de amor por algún jovencito, llamado Juvencio.

Ardiente y apasionado, se apartó de la fría retórica y de los convencionalismos de la época, expresando sus vivencias con un lenguaje sencillo y apropiado a las sensaciones del momento que experimentaba.

Sus poesías en un principio circulan sueltas entre sus contemporáneos, mas tarde el mismo las recopila y forma una colección. Aunque imitó a poetas griegos, no pierde el sello de su personalidad. Gozó fama de erudito debido al conocimiento que tenía de la lengua griega y del estudio y versiones latinas que hizo de Calamaco y de su musa griega Safo, nutriéndose de la poesía helénica y de la lírica sáfica.

Los críticos e historiadores literarios ven en el, al precursor de los poetas clásicos.

Aunque separados por el tiempo, Catulo y Safo, se hayan muy unidos en cuanto a la forma de expresar sus sentimientos más íntimos, a diferencia del lenguaje de Catulo, el de Safo es más comedido. Su obra se nutre de la ingenuidad y pintoresquismo del pueblo.

Tanto la obra de Catulo como la de Safo nos ha llegado incompleta y a veces distorsionada
Muy brevemente voy a resumir la vida de Safo, conocida, famosa y querida, por su obra y por el lugar de su nacimiento, la isla de Lesbos y las consecuencias que le trajo el nombrecito.

Lo realmente importante de Safo, es su obra literaria, que tanta repercusión tuvo en el mundo de las letras.

Escribió en dialecto “eolio”, inventó los versos “sáficos”, así como los versos “eólicos” y un instrumento de música llamado “pectis”. Sus versos “sáficos” fueron trasladados a la poesía latina gracias a Catulo y Horacio. Sus poemas fueron apasionados y exquisitos, jamás erótico y malsanos.

Sus poemas andaban por ahí; fueron recopilados y nos quedan solo algunos fragmentos de poesías y dos poemas completos. Siendo la oda a Afrodita la más sublime.

Dejo dos poemas de los autores mencionados. El paralelismo es evidente.

CATULO: (Carmen LI)
Que es igual a un dios me parece aquel
(y que supera a los dioses, si es lícito)
que sentado frente a ti, sin cesar,
observa y escucha cómo
ríes con dulzor, lo que me arrebata
los sentidos, mísero: Lesbia,
en cuanto te veo, ya no me queda
ni un hilo de voz,
la lengua se torna torpe, y a manar
comienza una llama bajo mis miembros;
me zumban los oídos y una noche
doble cubre mis ojos.
El ocio, Catulo, te es muy molesto;
en el ocio te exaltas e impacientas.
El ocio ya perdió antes muchos reyes
y ciudades felices.



SAFO (Poema I. D.2L.-p.31)
Me parece igual a los dioses ese
hombre que ahora está frente a ti sentado,
y tu dulce voz a tu lado escucha
mientras le hablas
y tu amable risa; lo cual, te juro,
en mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues te miro apenas y mis palabras
ya no me salen
se me queda rota la lengua y, suave,
por la piel un fuego me corre al punto,
por mis ojos ya nada veo, y oigo
sólo un zumbido,
me destila un frío sudor y entera
un temblor me apresa, y cual la paja
amarilla estoy y mi muerte siento
poco alejada.
Pero todo habrá que sufrirlo, incluso...




PD. Los poemas han sido cedidos por un gran amigo, Antonio Martín Ortiz

13 comentarios:

  1. Mi querida Proserpina,

    Con sumo placer te digo que nos has dado una explicación excelente y estupenda de ese poeta que es Catulo y de la poetisa Safo, a la que tanto admiraba Catulo y la que tanto aportó a la Literatura Latina, trasladándonos sus versos y su forma de hacer poesía. Hablando de Catulo, no se puede olvidar a Lesbia, de la que tú nos has dado un perfil excelente. Has adornado la explicación con imágenes exquisitas y preciosas que hacen que la lectura de tu texto sea todavía más agradable a la vista. Si a ello le añadimos la música que suena en tu blog, estamos ante una obra perfecta. Sólo tengo palabras de admiración hacia ti, y de agradecimiento amistoso por haber tenido la gentileza de citarme.

    Te envío un beso cariñoso y un abrazo tierno. Felicidades, querida Proserpina,

    Antonio

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  2. A lo dicho en mi comentario anterior sólo me queda añadir que las traducciones que he cedido a Proserpina no son mías, sino que están tomadas de las siguientes fuentes:

    CATULO. Poemas selectos.
    Francisco José Martínez Morán
    ISBN- 84-9714-066-4

    http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/catulo.asp

    SAFO:

    http://caiusiuliuscaesaraugustusgermanicus.iespana.es/safo/poesia.pdf

    Antonio Martín Ortiz

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  3. Amigo Antonio, estás en todos los detalles,¡con lo desastre que soy yo! y si le añadimos tu forma de comentar tan animosa y correcta, haces que la autoestima suba a niveles elevadísimos. Un abrazo Proserpina

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  4. Muy interesante este post, querida amiga. Por mi parte, no estoy demasiado de acuerdo en que Lesbia arrastrara a la ruina moral a Catulo. Eso es lo que decía él... Besitos, guapa.

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  5. Esto merece una lectura reposada. Agradezco mucho estas lecturas.
    Un saludo. Y mira que me cuesta a mí este nombre de Proserpina...
    Ya me va entrando!

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  6. Querida Isabel en la era del feminismo, machismo,igualdad de género y etcs y de mi humilde opinión, si hay un culpable, no fue Lesbia, sino Catulo que se dejó llevar por la pasión, sin sopesar los resultados.

    Te mereces el premio al tesón, a la entrega, al esfuerzo, a la originalidad, a... Bueno a todas las as. Ese premio te lo vamos a dar primero nosotros/as, tus compañeros/as de rodaje y después el resto del universo, cuando publiques tu hermoso libro.

    Un abrazo amiga mía y muchísima suerte Proserpina

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  7. Carmen. lo mio es investigación, lo tuyo es meditación. Tocas temas candentes, muy humanos y dolorosos para una sociedad, que no reacciona ante las situaciones que se le presentan día a día.

    Carmen te veo sufrir con mi nombre romano de Diosa de los Infiernos, hay otra solución, llámame por su homómnimo griego Perséfone, que también me encanta. Además el nombrecito me viene como anillo al dedo: soy pacífica, inocente, hermosa y orgullosa de ser raptada por un dios montado sobre briosos caballos negros y dando con el cetro en el suelo se abre la tierra y ¡ale! al infierno.Si es de ensueño, tu piensa y verás que atractivo resulta.

    Como un cencerro, pero das pie a ello por tu caracter abierto. Que tu seas el cencerro,¡no!, ese soy yo. Un abrazo de Proserpina o Perséfone

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  8. ¡Bingo para Cermen!.Tuyo es Un abrazo de Perséfone

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  9. Mi gusta mucho el nuevo aspecto que está tomando tu blog. Tu columna lateral se va enriqueciendo más y más cada día. PROSERPINA, así con todo en mayúsculas, tiene mucho más encanto que el que tenía antes. Es como si fue más grande y más divina. Es que lo de estar escrito en minúsculas sabía a poco. Fíjate yo, ANTONIO MARTÍN ORTIZ: todo con mayúsculas. Así alimento mi propia autoestima y mi "ego".

    Te envío un beso, mi querida PROSERPINA,

    Antonio

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  10. Me corrijo a mí mismo, para evitar que mi ego o mi autoestima se lastimen, si soy corregido por otro. Donde dije:

    "Es como si fue más grande y más divina"

    quería decir:
    "Es como si fuese más grande y más divina"

    ¿Y os lo habéis creído? Ha sido una estrategia para enviarte otro beso: ahora para mi querida PERSÉFONE.

    ANTONIO

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  11. Habéis entrado aquí, amiga Isabel y amiga PROSERPINA, en un debate sobre si fue Catulo o Lesbia el o la culpable de los extremos a los que llegaron ambos. Yo estoy en desacuerdo con las dos. Cuando hay AMOR, el mérito hay que dárselo a los dos, y, cuando se llega a una situación de degeneración, como les sucedió a Catulo y a Lesbia, los culpables son los dos. "No hay pelea entre dos, si uno no quiere".

    Un cordial saludo para las dos (uno para cada una), amiga Isabel y amiga PROSERPINA.

    ANTONIO

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  12. Amiga Proserpina,

    Te dejo aquí, en tu casa, el comentario que te he dejado en la mía, en contestación al tuyo sobre el Épodo XII de Horacio.

    "Amiga Proserpina,

    Gracias por tener la valentía de ser la primera en comentar este Épodo de Horacio que, hay que decirlo, es duro y brutal. Creo que me atribuyes excesivos méritos. Yo, por mi parte, reconozco todos los tuyos, que son múltiples. Ya ves qué mal trataban algunos Romanos, no todos, a las mujeres. ¿Qué le vamos a hacer? Podemos estar en desacuerdo con lo que otros escribieron, pero lo que no podemos hacer es cambiar la Historia.

    Un beso,

    Antonio"

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